ICONOS DEL CLUB

¿Quién deja la fiesta de su boda para ir a jugar por su equipo? Sigifredo Chuchuca lo hizo cuando el equipo de su vida, aquel que lo convirtió en leyenda, disputaba los primeros partidos de la era profesional del fútbol. Chuchuca Llegó desde la provincia de El Oro (su lugar natal) para enrolarse al equipo amarillo en 1946. Ahí jugó en posición de delantero hasta 1958. Pequeño, pero movedizo, su fuerte temperamento en la cancha y sus goles ayudaron a acrecentar la idolatría de los canarios. Fall

Defensa central. En 1954 se enroló en Barcelona, equipo al que defendió por catorce temporadas, entre 1957 y 1971, en 336 partidos oficiales. Fue parte de algunas de las más importantes victorias obtenidas por Barcelona en condición de visitante en la Copa Libertadores: ante Colo Colo (0-4, en 1964) y con Estudiantes de La Plata (0-1, en 1971). El Maestro, como lo apodan, fue campeón de Guayaquil en los años 1961, 1963, 1965 y 1967; mientras que en 1960, 1963, 1966, y 1970 fue campeón nacional

Guayaquileño. Su sueño desde niño fue jugar en Barcelona y lo cumplió, siendo el único equipo en el que militó desde 1962 hasta 1977. Lo consideran como el futbolista ecuatoriano que tuvo el mejor disparo de derecha, sus tiros libre iban directo a la red. Muñoz fue campeón nacional en 1963, 1966, 1970 y 1971. Se ha mantenido cercano a la institución torera, asumiendo en algunas ocasiones la dirección técnica cuando se lo han pedido.

Alberto Spencer está en la historia de Barcelona por sus goles que contribuyeron al campeonato de 1971. Fue el único título nacional que logró como jugador. Años antes ya había vestido la amarilla como refuerzo. Fue en un cuadrangular internacional para inaugurar el estadio Modelo de Guayaquil y que tuvo como invitados a Huracán de Argentina, Peñarol de Uruguay y Emelec. “Marqué mi primer gol allí con estadio lleno”, recordó el ‘Cabeza Mágica’, apodado así por sus anotaciones con la cabeza, en

Considerado uno de los mejores delanteros toreros de los 90. Militó en Everest (donde debutó profesionalmente en 1984), Olmedo, Audaz Octubrino y Filanbanco, antes de llegar al equipo torero en 1989. Su primer encuentro con los amarillos fue en 1990 donde quedó vicecampeón de América, vicecampeón nacional en 1990, 1992 y 1993 y ganó el campeonato de 1991. Fue un goleador nato, siempre peligroso en el área rival. En 1991 hizo 15 goles; en 1992 fue el máximo anotador del torneo con 19 y en el 93

Defendió los colores de Barcelona durante 15 años consecutivos (desde 1990 hasta el 2005) y en el 2006. Las atajadas de Cevallos en partidos claves en torneos locales e internacionales hicieron figura al golero oriundo de Ancón (Santa Elena). Fue en la Copa Libertadores de 1992 cuando demostró porqué lo apodaron ‘Las Manos del Ecuador’ al tapar dos penales en los cuartos de final del torneo lo que valió la clasificación de los toreros a semifinales, a costa del Cerro Porteño de Paraguay.